con permiso

Con esta primera entrada doy inicio al diálogo o al monólogo que todo aquel con blog se atreve a enfrentar. Hábeas corpus no está dedicado a nada en concreto, y a todo, si se puede este imposible. O más bien está dedicado a lo que a mí me interesa y quisiera compartir. Ese motivo no obliga al lector a hablar de lo que lee ni a mí a comentar lo que el lector dice. Sinceramente, ni siquiera sé si me interesa el diálogo u otro diálogo que no sea el que se produce entre un texto y un lector. Esta es una prerrogativa de la libertad en el uso de este que es mi blog, una isla como la de Crusoe en el mar digital. De cualquier manera todo sueño es una isla y toda isla una pesadilla. Ya veremos cuánto aguanta el cuerpo. Ver, oir, tocar, sentir, pensar, opinar, aprender, compartir, ayudar, crear libremente y todo el tiempo, esa es la cuestión. Tengamos nuestros cuerpos libres y limpios. Comencemos.