clonemos a stéphane hessel

Jóvenes sin futuro, foto de León de la Hoz

Ayer estuve en la manifestación “jóvenes sin futuro” y con pena comprendí el acierto de dicho acertijo. Este es un país sin futuro porque hay jóvenes que no crecerán, no madurarán permaneciendo en el país de Nunca Jamás. Una ilusión nacida de la desilusión, una enfermedad infantil de no crecimiento mental. Al nacer ya han envejecido, triste paradoja cuando hay ancianos que parecen jóvenes. Por las noches de viernes o sábado hay más jóvenes de juerga con la botella en la mano que ayer manifestando inconformidad de su presente. Todo ello a pesar de que tuvieron una amplia cobertura en la prensa, de modo que supongo que no leen la prensa o estuvieron mal organizados o ya son como sus padres. Lo peor que le puede pasar a un joven es tratar de posar de joven y eso fue lo que hicieron.

Puede que esta juventud esté mejor preparada educacionalmente pero le faltan ideas, aptitud y una dosis de madurez, eso es imperdonable. Seguramente habrá otro discurso juvenil pero el de ayer no era por cambiar las cosas sino porque las cosas también se repartieran para ellos. Parecían no tener un sueño, sino un capricho. No era un discurso sobre los problemas del sistema que han llevado a la precariedad del bienestar que sufren ellos, sino que por el contrario reclamaban como los niños que los papás le dieran los caramelos prometidos. Hubiera sido mejor que se reivindicaran como elementos o protagonistas del cambio, exigiendo el papel de los padres, pero no fue así. No exigían la necesaria muerte del padre para ser ellos mismos. Pedían a gritos lo que sus padres no saben darle. Da pena. Habrá otros. Esperemos o clonemos a Stéphane Hessel.

En fin, papás, no hay de qué preocuparse, podéis estar tranquilos en casa mirando la caja tonta, al día de hoy tenemos lo que queríamos: hijos a la imagen y semejanza nuestra.