votar o no votar

Demogogia, cartel en la plaza de Sol durante la acampada de la noche del 19 de mayo. Foto de León de la Hoz

Se dice que no votar favorece a la derecha. Y que votar a la izquierda, léase PSOE, ya que la otra izquierda tiene pocas esperanzas de gobernar, es la manera de frenar a la derecha. Se le llama voto útil. Yo creo que ese es el voto inútil y de miedo. El PSOE, desde que perdió Felipe González, lleva pidiendo ese voto que ha fortalecido el bipartidismo, en contra de las alternativas de gobierno que son una de las esencias de la democracia. El problema no es votar aunque éste es uno de los valores fundamentales de la democracia, incluso en algunas dictaduras se vota. El problema es cómo se vota y que dicho voto sirva para fortalecer y desarrollar la democracia, no para mantener un sistema fallido y en cierta medida corrupto y obsoleto.

El voto como se concibe ahora condiciona y coarta la democracia y la sociedad en tiempos en los que se reclama un cambio que mejore el sistema. Lamentablemente la ley electoral española es la celestina de esta convivencia y connivencia entre los dos grandes partidos. Cualquier voto de protesta o castigo favorece a éstos, dígase PSOE o PP. El voto nulo, en blanco o la abstención se convierten por arte de dicha ley en boomerang con el fin de mantener el status quo, o sea, la democracia como no la queremos. No puede haber un cambio efectivo de cara al futuro si no se transforma esta norma que impide una mejor incidencia del pueblo sobre la realidad política, los políticos y los gobernantes. No importa que salga uno u otro partido si las cosas van a seguir más o menos igual y no hay manera de arreglarlas, ni siquiera cuando nos toca votar.

Una de las demandas más importantes que hace el 15-M acampado en Sol es el cambio de esta ley que pudo haber sido necesaria para consolidar la democracia pero en estos momentos debe servir para desarrollarla, cambiándola. No es una revolución, sino una evolución, como me decía una de las cabezas del Movimiento. Demasiadas malas experiencias nos han traído las revoluciones políticas y aún flota el fracaso de las mismas en en los sueños de algunos acampados. Felices ellos que no las han conocido en la realidad. Mejorar esta ley sí es posible como primer paso para evolucionar. El día de las urnas cualquier partido que votemos estaremos consolidando un error de sistema, si no votamos también. La única solución posiblemente sea cambiar las cosas.