el desnudo de la joven de la perla

La foto de un desnudo recorre el mundo. Es uno de los cuerpos más codiciados y manoseados desde lejos por quienes la vimos por primera vez interpretando a La joven de la perla, el cuadro de Vermeer, y empezamos a desearla como lo hacíamos con las actrices que trabajaron con Bergman, en las que la blancura de la carne desafiaba la oscuridad de nuestras mentes. Esta foto que da la vuelta al mundo perseguida por el FBI para conocer la fuente que la hizo pública está hecha por la propia protagonista. Scarlett Johansson se retrata a sí misma con su móvil como lo hace cualquier mujer que se guste. A ella le sobran motivos.

Como en el cuadro La joven de la perla, esta foto tiene un punto focal que ejerce una poderosa fuerza de atracción,  proporcionando el equilibrio a una escena aparentemente vacua como el cuadro de Hopper de la mujer que espera en una habitación con el libro en las manos. Si en el cuadro de Vermeer era la perla en la oreja que desafiaba la mirada, aquí es el culo blanco y redondo de Scarlett que oscurece y disminuye la importancia de la escena y del propio primer plano de su cara, en el que sus ojos se hayan entornados para no robarle protagonismo con su belleza al culo. Un culo que si nos fijamos bien no tiene ni siquiera la marca de las bragas. Es maravilloso.

Por otro lado, la pose, la intención, el cuidadoso encuadre, concede a la imagen un fuerte contenido erótico. Si Velázquez hubiera tenido un culo como el de Scarlett seguramente se habría retratado como ella que con muchas probabilidades es una amante de los espejos como lo fue el pintor sevillano. De hecho la Venus en el espejo es para mí una transfiguración homosexual del autor de Las Meninas. En aquel cuadro donde el ángel con la pierna doblada que oculta su erección sostiene el espejo para que la mujer nos muestre su espléndido culo barroco, el rostro que se ve es un segundo plano desvaído que escamotea plenamente la identificación de quien pudiera ser el propio pintor. Una vez más el culo es el punto focal sobreponiéndose al resto del cuadro como en la foto de Scarlett.

Lo mejor de esta foto, cualesquiera fuera la causa de su propagación, además de su calidad estilística, es que nos comprueba el acierto sobre la belleza y las proporciones que se podían suponer de este culo cuando conocíamos sólo el rostro de la actriz. Un rostro es muchas cosas más que el espejo del alma. El desnudo completa lo que faltaba al cuadro La joven de la perla. Lo peor de todo es tener que lamentar la mala calidad de la cámara del móvil que no hace honor a la foto ni al cuerpo que nos muestra. No obstante nos queda la imaginación para recrear ese momento de intimidad del cual la imagen nos hace partícipes.