con el ojo izquierdo y la mano derecha

El otro ojo, foto de León de la Hoz

Acabo de leer el artículo del periodista José María Izquierdo en El País, anunciado en primera plana, razón por la cual acerqué mis ojos, y me he quedado a oscuras. No entiendo cómo un señor que ha sido todo cuanto dice su ficha puede hablar así, escribir y además opinar con tanta ligereza. La única razón puede hallarse en el título de su blog, El ojo izquierdo, que hace gala de un sectarismo nada disimulado. Podría llamarse Vendetta. No me gusta ni el análisis ni su tono, pero no ocuparía cinco minutos de mi mañana para decirlo, si no fuera por el modo en que intenta descaracterizar al movimiento de protesta ciudadana de los indignados y, si fuera poco, a la crítica que desde la propia izquierda se hace a la política que realizó el gobierno socialista de Zapatero en su segundo periodo y, sobre todo, en la crisis al comenzar los nubarrones que el gobierno ignoró, mientras gastaba en sus macroproyectos populistas.

El artículo del señor Izquierdo, siniestro hubiera querido escribir, no desmonta la política de la derecha analizando sus medidas de recortes o la dirección ideológica y moral de la misma, cosa natural si es el caso, sino que intenta estigmatizar y de paso quitarle importancia a la crítica dentro de la misma izquierda, aún más, a la protesta social, legítima y necesaria contra el poder político y económico sin importar el signo ideológico y político. No me gusta la gente que no mira con los dos ojos, nunca he podido mirar a los ojos de los estrábicos y menos a los de un ciego. Izquierdo con su solo ojo va por ese camino mirando hacia un único lado, un camino que en definitiva termina con encontrarse con el de la derecha. En el fondo todos los extremos se tocan, ya lo decía aquel que seguramente recuerda. Se puede escribir para la derecha desde la izquierda y viceversa, claro.

Estimado señor, periodista, su ojo izquierdo no le deja ver la otra parte que está a su derecha, o sea, la otra izquierda. En efecto, el PSOE y PP no son las misma cosa, pero sí parecidas. Un solo ojo no sirve para ver en toda su dimensión y complejidad la realidad política e ideológica. Le recomiendo un monóculo de aumento, en todo caso. Ya la derecha y cierta izquierda ha intentado rebajar la importancia y la necesidad de discrepar con las políticas e incluso con la democracia que los jóvenes heredan, su propio periódico lo ha hecho, usted no es una excepción. En efecto, el PSOE y el PP son o parecen la misma cosa, sobre todo cuando usan la misma mano para firmar decretos, leyes o escribir contra el derecho a discrepar.

Tal vez deberíamos agradecer que nos recordara que tendremos que salir a la calle, cuando las políticas que previsiblemente dañarán la credibilidad del gobierno venzan ese plazo de prueba que nos deja la duda razonable, el principio de presunción de inocencia, democrático. Ver con un solo ojo es dañino para la salud, da igual que sea el izquierdo o el derecho, en definitiva todos tenemos nuestro ojo derecho.