Hoy se pone a prueba una vez más el movimiento de indignados 15M. Desde que surgiera hace un año se está poniendo a prueba, no sólo por la propia indefinición sobre la que se estructura, sino también porque desde su surgimiento ha contado con una enorme presión de los medios de comunicación, los pensadores, los políticos y hasta la propia gente que en gran medida los ve como los ven los otros. Ya sabemos que una de las características de la sociedad idiota en la que vivimos con una sonrisa de estúpidos en la cara es no tener opinión propia. Para eso están las tertulias de radio y televisión, quizás España sea el país con más pensadores de este tipo.
El movimiento sale a la calle hoy con más problemas de los que tenía cuando se vaticinó su desaparición. No sólo al parecer se ha dividido entre quienes desean institucionalizarlo y los que prefieren que no termine la ola que se mueve en los barrios al ritmo de la situación que se agrava para los ciudadanos. También el poder político ahora en la derecha se organiza para contrarrestar lo que supone un peligro para la integridad de la democracia, de otra manera no se entendería que dieran tanta importancia a este movimiento de protesta pacífica que satanizaron desde de la oposición. No les queda más remedio que tolerar la manifestación porque es una obligación de derecho, pero lo hacen con una presión policiaca sin precedentes y en un ambiente represivo que verbalizan los dirigentes políticos de gobierno, amparándose en el mismo derecho.
Dicen que la propia policía parece haber dejado de vigilar a los extremistas islámicos para ocuparse del 15M y cuanto se escribe sobre el movimiento. Espero que no hayamos perdido totalmente el norte. Recuerdo que en una de las concentraciones de Sol un señor que reía como un idiota se me acercó con extraña complicidad y le tuve que pedir que no me vigiliara. Antes lo había visto hablar por un micro invisible en la mano y dirigía la mirada para un sitio alto donde se suponía le daban órdenes. No me extraña, ni veo mal que vigilen, lo malo es que se equivoquen de enemigo. Que cada cual haga su trabajo como pueda. Yo me manifiesto, luego que vigilen. Como le dije una vez a un policía que se quiso exceder, no me das miedo, yo soy cubano. Entendió que le decía que estaba acostumbrado a otros peores. Y después dicen que somos paranóicos. Razones habrá.