mentira y caída de bankia

Mentira y caída de Bankia, foto de León de la Hoz

El reciente descalabro del banco español Bankia, que tiene su sede en la llamada Puerta de Europa, ha puesto en tela de juicio algunas de las verdades rotundas  del poder político y financiero desde antes de empezar la crisis. Su caída salpica de mentiras al sistema. El caso español no es una excepción, más bien es una reiteración que confirma la regla por lo menos en Europa. Todos mienten y cuando no lo hacen muestran una gran incapacidad para representar eficientemente y con justicia el papel de administradores de nuestro dinero o de los derechos de los ciudadanos si son los políticos.

Desde que empezó la crisis todos los gobernantes y banqueros dijeron que no íbamos a llegar hasta donde estamos, en mayoría la gente creyó que el futuro nunca sería tan negro como el de la postguerra y hasta allí nos estamos acercando, no digo volviendo. Ayer mismo nos decían que este era el peor de los escenarios, cuando hoy mismo la prima de riesgo alcanza máximos que hacen temblar a un país que de pronto y de modo acelerado se está volviendo tercermundista. Ya hay pobres que buscan en la basura de otros pobres para alimentarse.

El que nos dijeron era el mayor banco del sector doméstico español y cuarto por capitalización, en apenas de un año y medio de su fundación ha tenido que ser nacionalizado, no importa que detrás estuviera uno de los benjamines más notables de la política europea, el último presidente del FMI. Uno de los hombres que ayudó a desgobernar la situación que vivimos. También el Banco de España fue el mejor de los reguladores nacionales, aunque se haya tenido que inyectar dinero para que los bancos sobrevivieran y ahora se le culpe de Bankia.

Ya nadie puede decir cuántas veces nos engañaron desde que nos convencieron de que la vida no encarecería con el cambio de la peseta al euro. Todo cuanto nos dijeron políticos, banqueros y economistas del sistema sobre la economía era mentira y lo único realmente bueno como la educación pública y la sanidad quieren acabar con ella, solapadamente, en la sombra, hasta que han encontrado en la crisis la justificación. Pagamos con nuestros impuestos y confianza el entierro de una sociedad que ahora dicen era insostenible.

El caso Bankia pone de manifiesto que mienten o no saben hacer otra cosa mejor o no quieren cambiar el orden de las cosas en vista de otros intereses. Lo peor es que este hecho casi pone fin a la idea de que nos podíamos salvar, las posibilidades son mínimas si tenemos en cuenta las previsiones de salida del euro de Grecia después de las elecciones, la intransigencia del Banco Central Europeo de inyectar liquidez antes de esa fecha, el dogmatismo de la canciller Ángela Merkel y la lentitud para tomar decisiones de la Unión Europea. Si no se hace otra cosa España caerá como cayeron Irlanda, Portugal y Grecia; y detrás vendrá Italia.

Hoy la sombra de Bankia en la puerta de Europa se proyecta sobre el presente y el futuro de España. Los que sepan rezar que empiecen para que la recuperación llegue lo antes posible. No se puede esperar nada del optimismo para que cambie la actual correlación financiera con respecto a la economía española. Esa fue otra de las mentiras. Habrá que acudir a Dios, y si no, ya lo dije, llamen a mi madre.